Nº 6: El Rosario con Fr. S.Tyvaert,op


Carlo Dolci (1616-1686): María y el Niño

BOLETIN DEL ROSARIO
Rafael: La Virgen y el Niño
Año I - Nº 6
febrero 2006



REFLEXION

Los defectos de Jesús

por el Card. F.X.Nguyen vanThuan

Jesús no tiene buena memoria, porque en la cruz, el buen ladrón le pide que se acuerde de él en el Paraíso, y Jesús no responde como lo habría hecho yo: “Antes pasa veinte años en el purgatorio”, sino que enseguida dice que sí:”Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Con Magdalena hace lo mismo, con Zaqueo, con Mateo, etc. “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”, le dice a Zaqueo. Jesús perdona y no recuerda que ha perdonado. Este es su primer defecto.

El segundo defecto es que Jesús no sabe matemáticas: un pastor tiene cien ovejas. Se le pierde una, y deja noventa y nueve para ir a buscar a la descarriada; y cuando la encuentra, la lleva a hombros para devolverla al redil. Si Jesús se presentase a un examen de matemáticas, seguro que lo suspenderían porque para él, uno es igual a noventa y nueve.

El tercer defecto de Jesús es que no sabe lógica: una mujer ha perdido una dracma. Enciende la luz para buscar por toda la casa su dracma perdida y, cuando la encuentra, va a despertar a sus amigas para celebrarlo con ellas. Se ve que su comportamiento es realmente ilógico, porque, sabiendo que la dracma está en casa, podría haber esperado a la mañana siguiente y dormir. En cambio, la busca enseguida, sin perder tiempo, de noche. Por otra parte, despertar a las amigas no es menos ilógico. Tampoco el motivo de la fiesta- haber encontrado una dracma- es muy lógico. Por último, para celebrar que ha encontrado una dracma, tendrá que gastar más de diez dracmas... Jesús hace lo mismo: en el cielo, el Padre, los ángeles y los santos sienten más alegría por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de penitencia.

El cuarto defecto es que Jesús parece ser un aventurero: en general, un político, durante la campaña electoral, hace propaganda y promesas: el combustible costará menos, las pensiones subirán, habrá trabajo para todos, no habrá inflación...En cambio, Jesús, cuando llama a sus apóstoles, dice: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”. ¿Seguirlo para ir a dónde? Los pájaros tiene nidos, las zorras madrigueras, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza... Seguir a Jesús es una aventura: hasta el confín de la tierra, sin coche, sin caballo, sin oro, sin medios, si bastón; únicamente con la fe en El. ¿No les parece un aventurero? Y sin embargo, desde hace veinte siglos, seguimos siendo muchos los que entramos en la asociación de aventureros, como El, con El.

El quinto defecto de Jesús es que nos sabe de economía y finanzas, porque va a buscar a los que trabajan desde las tres, desde las seis y desde las nueve y paga a los últimos como a los primeros. Si Jesús fuera ecónomo de una comunidad o director de un banco, iría a la bancarrota, porque paga al que trabaja menos como al que ha hecho todo su trabajo.

A estos cinco defectos de Jesús quisiera agregar nueve más:

El sexto es que Jesús es amigo de publicanos y pecadores: como ven, ¡frecuenta malas compañías!

El séptimo es que le gusta comer y beber: lo acusan de ser un comilón y un bebedor.

Además –el octavo defecto- parece que está loco: hasta sus parientes piensa eso de El, y ante Pilato le ponen una túnica blanca para indicar que está loco. Un soldado romano le dice: “Has salvado a otros; sálvate a ti mismo si eres hijo de Dios y baja de la cruz”. Pero el loco de Jesús no lo hace.

El noveno defecto es que a Jesús le gustan los números pequeños, mientras que a la gente le gusta la masa, la multitud: va en busca de la Magdalena, de la Samaritana, de la adúltera... La carta magna de Jesús, las bienaventuranzas, parece un fiasco: dichosos los pobres, los oprimidos, los afligidos, los perseguidos, etc. A Jesús le gusta todo esto:¡el que lo siga ha de estar tan loco como El!

El décimo defecto es el fracaso continuo: su vida está llena de fracasos. Expulsado de su pueblo, es derrotado, perseguido, rechazado, condenado a muerte...

Defecto número once: Jesús es u profesor que ha revelado el tema del examen: ¡si fuera profesor lo expulsarían inmediatamente!. El tema del examen y su desarrollo lo describe detalladamente: vendrán los ángeles, convocarán a los buenos a la derecha, a los malos a la izquierda, y todos seremos juzgados sobre el amor. ¡Sabiendo ésto, todos podrían aprobar!

El duodécimo defecto es que Jesús es un Maestro que confía demasiado en los demás. Llama a los apóstoles siendo casi todos iletrados, y ellos renegarán de El. Más adelante seguirá llamado a gente como nosotros, pecadores. El camino de Dios pasa por los límites humanos: llama a Abraham, que no tiene hijos y es viejo; llama a Moisés, que no sabe hablar bien; llama a doce hombres mediocres e ignorantes, y uno de ellos lo entregará; para llamar a los paganos elige a un hombre violento y perseguidor, Pablo; y en la Iglesia sigue haciendo lo mismo...Jesús es un temerario incorregible: por eso me ha elegido a mí, los ha elegido a ustedes, que somos todos pobres pecadores. ¡Jesús no aprende!

El decimotercer defecto es que Jesús es un imprudente: se dice que para ser líder hay que hacer previsiones. Jesús no prevé; sobre todo, no prevé la muerte de sus discípulos. Les pide que sean fieles hasta la muerte, pero no parece preocuparse de lo que viene después... Jesús trasciende la sabiduría humana: cuando hayan muerto todos ¿qué les pasará a ellos y a los que vengan detrás?

El decimocuarto defecto es su pobreza: el mundo tiene mucho miedo de ella. Hoy se habla mucho de lucha contra la pobreza. Jesús exige de su Iglesia y de sus pastores la pobreza, algo que todos temen. Jesús vivió sin casa, sin seguro, sin ahorros, sin tumba, sin herencia, sin ninguna seguridad humana ni material.


Me alegro de ver a Jesús con sus defectos, que son, gracias a Dios, incorregibles, y que son el motivo de mi esperanza...



GUION DEL REZO DEL ROSARIO

Meditando los Misterios del Rosario
por Fr. Serge Tyvaert, O.P.

ORACIÓN INICIAL


Señor:
Que la fortaleza del Espíritu Santo venga en nuestra ayuda
para que se digne lavar las manchas de nuestros corazones
y protegernos contra nuestros enemigos.
Por Cristo Nuestro Señor

Amén



MISTERIOS GOZOSOS


I. LA ANUNCIACIÓN
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1, 28)
En los comienzos de nuestra historia sagrada hay un llamado a la alegría, que viene de Dios. Esta apertura inesperada y desconocida hasta entonces en nuestra vida, puede suscitar en nosotros tanto interés como temor. Pero la confianza espontánea del corazón puro sabrá ponernos en movimiento.
Roguemos por las personas, niños, jóvenes o adultos, tocados por el llamado de Dios. Que el Señor venga en ayuda de su poca fe, y les procure todas las condiciones necesarias para plenificarla.





II LA VISITACION
"Maria permaneció con Isabel alrededor de tres meses y luego regresó a su casa" (Lc 1, 56)
El amor a Dios no existe sin el amor al prójimo. La llamada del Señor se confirma en la alegría que se obtiene de la ayuda humilde y desinteresada a los hermanos. Por ello Maria e Isabel reconocen la obra de Dios en ellas, y se regocijan en el mutuo servicio.
Roguemos por todos los que, en la iglesia o fuera de ella, dan su tiempo, sus capacidades, su fuerza, para servir. Por los diáconos y los voluntarios que trabajan en las asociaciones caritativas.

Padre nuestro.... etc.


III LA NATIVIDAD
"Maria dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre" (Lc 2, 7).
La respuesta al llamado de Dios y el servicio al prójimo no crecen sin fruto: discretamente el Señor nace en el corazón aún desconcertado de nuestro hombre viejo. En la noche, se enciende una luz que atrae a los que buscan a Dios, a los corazones puros.
Roguemos por todos los servidores de Dios y de los hombres, conocidos y desconocidos, los justos, los hombres de buena voluntad, para que su luz crezca en nuestra humanidad.

IV LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO
"Todo primogénito varón será consagrado al Señor" (Lc 2, 23).
No se prende una lámpara para ponerla bajo la cama sino para colocarla en un soporte a fin de iluminar toda la casa. Es lo que hacen José y Mariía presentando el Niño Jesús y ofreciendo el sacrificio para su consagración.
Roguemos por los padres y amigos de los seminaristas, de los sacerdotes, religiosos y religiosas. Para que su sacrificio, hecho en nombre del evangelio, se les devuelva ciento por uno, no solamente en el cielo, sino también aquí en la tierra.

V LA VIDA OCULTA EN NAZARETH
“Entretanto el Niño iba creciendo y fortaleciéndose lleno de sabiduría. Y la Gracia de Dios estaba en El” (Lc 2,40)
La separación, vivida como una ofrenda hecha al Señor, abre el corazón a una comunión más profunda y amplia. Entonces, el que se transformó se manifiesta con una presencia nueva, siempre más reconfortante, más ardorosa y más luminosa.
Roguemos por las familias que sufren la separación sus miembros, los viudos y viudas, los huérfanos, para que encuentren en su corazón la presencia de aquellos a quienes echan de menos.


MISTERIOS LUMINOSOS

I EL BAUTISMO DE CRISTO.
"Tú eres mi Hijo bien amado, en quien tengo puesta mi predilección "(Lc 3, 22)."
Al comienzo de la vida sacramental, está el bautismo. El bautismo, prenda y promesa de vida divina, es siempre el inicio del peregrinaje que conduce al hombre a la comunión con Dios y con sus hermanos, los hijos de Dios.
Roguemos por todos los bautizados, para que más allá de las divisiones de la iglesia, lleven su peregrinaje de reconciliación hasta el final. Roguemos por los catecúmenos que van a recibir el talento que deben hacer fructificar.


II LAS BODAS DE CANÁ.
“Haced lo que El os diga” (Jn 2,5)

Las promesas del bautismo no pueden cumplirse verdaderamente sino en la pertenencia a la iglesia fundada por Cristo en los Apóstoles. La iglesia no dice otra cosa que lo que dijo María en Caná: ella exhorta a la confianza y a la fidelidad en la Palabra de Dios, que es Cristo.
Roguemos por los obispos, los predicadores del evangelio, los catequistas, que tienen por misión dar a conocer la buena nueva hasta los confines del mundo.

III EL ANUNCIO DEL REINO
"Joven yo te lo ordeno, levántate! Y el muerto se incorporó y se puso a hablar "(Lc 7, 14)."
Lo que es imposible a los hombres no lo es para Dios. Pues Jesús es la Palabra de Dios que crea y renueva todas las cosa: es el camino, la verdad y la vida. Es el que viene, no a juzgar el mundo, sino a salvarlo. Todos los que creen en él no perecerán sino que ya tienen la vida eterna.
Roguemos por los enfermos, las personas que están solas, los presos, los que sufren discapacidad, los deprimidos. Roguemos por los pecadores que se condenan a sí mismos.

IV LA TRANSFIGURACIÓN
"Permanecieron a pesar de todo despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él" (Lc 9, 32).
Arraigado en la buena tierra que es la tradición de la iglesia y que se nutre del evangelio de Vida que es Cristo, el bautizado se prepara, poco a poco, por la acción del Espíritu Santo, a ver, entender, conocer, la gloria de Cristo. Roguemos, por la intercesión de Nuestra Señora del Rosario, por los penitentes, los confirmandos, los monjes, que velan aguardando con esperanza y en soledad, la manifestación gloriosa de Dios.

V LA EUCARISTÍA.
"Les aseguro que nunca más comeré la Pascua hasta que tenga su cumplimiento en el Reino de Dios" (Lc 22, 15).
Comulgar el Cuerpo y Sangre del Cristo, es comulgar la Pascua del Señor. Es participar desde ahora del banquete eterno y de la gloria de Cristo junto con los hijos de Dios. La comunión es el fin del peregrinaje del bautizado impregnado por el Espíritu Santo.
Roguemos por los que van a recibir la primera comunión, por los que se preparan a entrar en la vida eterna, para que después de su peregrinaje sacramental o terrestre, encuentren su lugar en la mesa del Reino.

MISTERIOS DOLOROSOS

I LA AGONIA
¡"Padre, si quieres, aleja mí este cáliz! ¡No obstante, no se haga mi voluntad, sino la tuya! "(Lc 22, 42)."
En la libertad de su conciencia, Cristo eligió, por amor a su Padre y a los hombres, el camino de la obediencia. Es decir, el camino de fidelidad que, por el sacrificio de la cruz y por la fe, conduce a la vida nueva. Que podamos también nosotros, a la hora de la elección, elegir libremente y en conciencia este mismo camino.
Roguemos por los responsables de todo tipo, los Jefes de Estados, los jueces, los políticos, y especialmente por los que son cristianos, para que el Señor los ilumine en sus elecciones.

II LA FLAGELACIÓN
"En cuanto a Jesús, Pilato lo libró al arbitrio de ellos" (Lc 23, 25).
Aquel que dijo "Ama a tu prójimo como a tí mismo" es golpeado por su prójimo. Jesús es azotado por los hombres, aquellos mismos hombres de los que se hizo hermano y a los cuales ofreció su amistad. La violencia es el mentís de la fraternidad. Después del sufrimiento del alma viene pronto la del cuerpo: Jesús no la ignoró.
Roguemos por todos los que en el mundo, son golpeados a causa de su fe. Roguemos por los que quebrantan la fraternidad humana, como quien quebranta un cuerpo, levantando la mano a sus hermanos.


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III LA CORONA DE ESPINAS
“Después de haberse burlado de El, le quitaron el manto púrpura y le volvieron a poner sus vestiduras" (Mc 15, 20).
Jesús, golpeado y débil es ahora ridiculizado. Y no hay peor denigración que la que proviene de la necedad humana. El menosprecio del que es víctima Jesús es una violación a la dignidad, la que debería prevalecer siempre entre las personas.
Roguemos por los que son débiles en su fe, los tímidos, los niños, que sucumben fácilmente ante las amenazas y las burlas. Roguemos también por los que hablan duramente y los que ejercen presión, en particular, por medio de los medios de comunicación.

IV LA CRUZ
"Una gran masa del pueblo lo seguía, así como mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por El" (Lc 23, 27).
Cristo Jesús, que era de condición divina, no hizo uso del rango que lo igualaba a Dios. No recurrió ni a la multitud de los hombres, ni a la de los ángeles. Al contrario, se hizo servidor y esclavo de todos. Abandonado al capricho de los hombres y al borde de sus fuerzas, aceptó la ayuda de Simón de Cirene.
Roguemos por los que son seducidos por el odio y la rebelión, por tentaciones de toda clase que los hacen caer o hacen caer a otros. Roguemos por los que en sus sufrimientos, rechazan la ayuda.

V LA CRUCIFIXIÓN Y LA MUERTE DE JESÚS
"Padre, perdónales porque no saben lo que hacen "(Lc 23, 34).
Hasta el fin, Jesús siguió siendo fiel a la palabra dada a su Padre en el Huerto de los Olivos. A través de los golpes y las blasfemias, viviendo las Bienaventuranzas que él mismo nos enseñó, Jesús esperó la hora de entregar su vida.
Roguemos por los inocentes condenados injustamente, por las víctimas de la violencia. Roguemos también por los criminales y los que mancillan la dignidad del hombre.

MISTERIOS GLORIOSOS

I LA RESURRECCIÓN
"¡Es verdad. El Señor ha resucitado y se apareció a Simón! "(Lc 24, 34).
De la misma manera que Cristo no murió en apariencia, no se manifestó vivo a sus apóstoles en apariencia. Cristo verdaderamente resucitó; ese es el fundamento de nuestra fe y nuestra esperanza: es la buena noticia de la que los cristianos son testigos ante el mundo entero.
Roguemos por los que no creen, para que su corazón se abra a la luz de Cristo. Roguemos por los exegetas y los teólogos, para que sepan transmitir bien el misterio de la fe.


II LA ASCENSIÓN
"Y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo" (Lc 24, 51)
A partir de este momento, los Apóstoles pueden celebrar la Pascua diciendo en nombre del Señor: "harán ésto en memoria mía". En su Ascensión, el propio Cristo es el sacerdote y la ofrenda que se eleva sobre los ángeles y es presentada al Padre.
Roguemos por todos los sacerdotes y los fieles de la iglesia, para que penetren aún más en el misterio de la Eucaristía. Roguemos por las comunidades que se ven privadas de celebraciones eucarísticas.


III PENTECOSTES
"Al llegar el día de Pentecostés, se encontraban todos juntos en un mismo lugar" (Hch 2, 1).
La unidad de la iglesia, reunida en un mismo lugar después de la Ascensión de Cristo, inaugura la recapitulación de todas las cosas: el Espíritu se extiende sobre la iglesia. De aquí en más los Apóstoles pueden anunciar con seguridad la llegada del Día del Señor
Roguemos por todos los que esperan ver, con fe y esperanza, el Día del Señor. Roguemos especialmente por los judíos, nuestros hermanos mayores, que esperan la salvación de Dios. Roguemos por la unidad de la iglesia.


IV LA ASUNCIÓN
"Mi espíritu se estremece de gozo en Dios mi Salvador, porque ha puesto los ojos sobre la pequeñez de su sierva" (Lc 1, 47-48).
María dio su carne al Hijo eterno del Padre. Así pues, la humanidad que se gloría en la Ascensión de Cristo, es en primer lugar la de María. Figura de toda la humanidad y de la iglesia, María- la primera de los salvados- en su Asunción, conduce hacia el cielo a todos los que sirven al Señor.
Roguemos por aquellos que, al ofrecerse al Padre por la salvación del prójimo, se vuelven redes del Reino de Dios. Roguemos porque la pesca sea abundante.


V LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
“En adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada" (Lc 1, 48).

Como en el día de Pentecostés, todos los salvados están aquí reunidos en una misma alabanza al Padre. Después de la ascensión de la humanidad a los cielos el tiempo está cumplido. La gracia del Señor está con todos los santos. Amén.
Roguemos por aquellos que no tienen esperanza. Que puedan reconocer en María, figura de la iglesia, una Estrella en la noche y una Madre desbordante de caridad.


CONCLUSIÓN
Oración final
Te rogamos nos concedas
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la Bienaventurada siempre Virgen María,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.


Amén.


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