Año III - Nº 23
diciembre de 2007
REFLEXIÓN
Rosario significa “rosal”por Fr. Alberto García Vieyra, op.
La Iglesia, en su liturgia, ha consagrado el simbolismo de las rosas aplicado a nuestra Señora. Su título del Rosario nos recuerda la antigua significación de las flores.
Nadie como María es ese rosal plantado desde el principio junto a las aguas de Dios. Es el rosal que fructifica. El que tiene fecundidad. La fuente de todo bien entre los hombres. Es la Rosa que la virtud del Altísimo protegió con su sombra, y el fruto es Santo: el Hijo de Dios.
En el rosal hay rosas y espinas, como las hay en María. La flor surgió de la raíz de Jesé, y sobre ese renuevo desciende el Espíritu Santo. Las espinas las sufre en la Pasión de su Hijo, al contemplarlo en la cruz entregado por la salvación del mundo.
La Madre de Dios quiere de nosotros las rosas de nuestros sacrificios. La flor que nace en las espinas. El mérito que brota del dolor. Ella quiere recoger las flores que sus hijos hacen brotar en la tierra de sus almas, para ofrecerlas ante el trono del Padre. Quiere mostrar cómo los suyos participan de la cruz y acompañan a su Hijo en la redención del mundo.
GUIÓN DEL REZO DEL ROSARIO
Meditando el Rosario con Fr. Alberto García Vieyra, op.Las meditaciones fueron recopiladas de sus libros:
”El Rosario y sus Misterios” y “La Devoción a La Santísima Virgen”
Oración inicial
Oración al Espíritu Santo
Sopla sobre mí, Espíritu Santo,
para que todos mis pensamientos sean santos.
Actúa en mi, Espíritu Santo,
para que también mi trabajo sea santo.
Induce mi corazón, Espíritu Santo,
para que ame solamente aquello que es santo.
Fortaléceme, Espíritu Santo,
para defender todo lo que es santo.
Guárdame, Espíritu Santo,
para que yo siempre sea santo.
Amén.
MISTERIOS GOZOSOS
I. LA ANUNCIACIÓN DEL ANGEL A MARÍA
Los misterios gozosos reflejan el amanecer de la Redención. El amanecer despunta en la madrugada con el primer resplandor que anuncia la luz. La Anunciación del Ángel fue aquel instante inicial de la luz que vino al mundo para iluminar a los hombres caídos en el pecado; el Ángel viene del cielo para traer a María la fe en el Hijo encarnado, enseñarle su misión de Nueva Eva, y moverla al consentimiento para la salvación del género humano.
II LA VISITA DE MARÍA SANTÍSIMA A SU PRIMA SANTA ISABEL
En el misterio de la Visitación de María a su pariente Isabel, vemos el primer acto de redención liberativa del pecado; es la primera vez que el Vero Encarnado expulsa al pecado en su presencia; es la primera vez también, que la Madre de Dios ejerce su función corredentora y de Madre espiritual de los hombres.
III EL NACIMIENTO DE JESÚS EN BELÉN
En la noche de Navidad, llega el Mediador entre Dios y los hombres. La profecía alcanza su plenitud y acabamiento. Dios-hecho-hombre se constituye en el Reconciliador entre el cielo y la tierra.
IV LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO
Podemos decir con propiedad que de dos maneras vino el Señor Dios a su templo, y de una tercera viene actualmente a lo que es también su templo. La primera de estas venidas es sin duda la Encarnación….Otra manera de venir a su templo es cuando es presentado de manera oficial, como Salvador del mundo, en el Templo de Jerusalén….La tercera venida ocurre cuando la gracia santificante inunda las almas de los justos.
V JESÚS PERDIDO Y ENCONTRADO EN EL TEMPLO
En la vida interior debemos saber preguntar y aquilatar despaciosamente las cosas. No precipitarnos en los juicios. Escuchar a los mayores y, sobre todo, obedecer al Señor que nos invita por igual a una evolución en edad y en gracia, hasta llegar a lo que la Escritura llama “la estatura del varón perfecto”.
MISTERIOS LUMINOSOS
I EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN.
El bautizado es un hombre entregado a servir a Dios. Es un hombre- como lo expresa la liturgia bautismal-para vivir en Dios. Dios, que aceptó la oblación de Jesús, acepta también la oblación del bautizado, en quien ve un miembro vivo de su Hijo.
II LA AUTORREVELACIÓN DE JESÚS EN LAS BODAS DE CANÁ.
Como los beneficiarios de la conversión del agua en vino de las bodas de Caná, nosotros también nos beneficiamos de la intervención de la Santísima Virgen (…).La piedad cristiana reconoce a María por intercesora. Interceder no es solamente pedir por otro; es también disponer a otro para determinadas influencias. Ambas formas de intercesión son familiares a la Madre de Dios.
III EL ANUNCIO DEL REINO INVITANDO A LA CONVERSIÓN.
Los judíos esperaban la restauración del trono de David por el Mesías (…). La misión de Jesús es establecer el Reino de Dios en la humanidad caída y víctima del demonio. El nuevo Reino davídico era pues un reino espiritual; las conquistas del reino de Dios, conquistas espirituales: hombres arrebatados al imperio del diablo.
IV LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS
El Mesías es la gloria para todos los elegidos. La gloria sigue a la salvación y es su culminación. La salvación termina en la gloria de Dios. La gloria es exaltación, alabanza, felicidad plena y perfecta…
V LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA.
La Nueva Alianza será la sellada con la sangre de la Víctima Divina muerta en la cruz, y participada en el misterio eucarístico. La Nueva Alianza entraña la presencia eucarística, sacramental de Dios en medio de los suyos.
MISTERIOS DOLOROSOS
I LA ORACIÓN EN EL HUERTO DE GETSEMANÍ
En el Huerto de los Olivos, el Señor es el modelo del alma cristiana en su intento de alcanzar la perfección de la caridad (…) El discípulo no es más que su maestro. Por esta noche de Getsemaní deben pasar y han pasado multitud de hombres y mujeres valerosos, que han hecho del seguimiento de Jesús el programa de su vida. Por allí pasaron Santo Domingo de Guzmán, San Martín de Porres, los Padres Apostólicos, San Atanasio, San Pacomio, San Benito y todos los santos confesores, vírgenes y viudas. Aquí se inicia el proceso de la purificación del alma…
II LA FLAGELACIÓN
Como Cristo suscitó el odio de los judíos, así la Iglesia Católica suscita muchas veces el odio y la blasfemia de la herejía. (…) En la flagelación del Señor, contemplamos cómo quiso sufrir castigo tan cruel para remisión de nuestros pecados.
III LA CORONACIÓN DE ESPINAS
La coronación de espinas nos conduce a pensar en las virtudes interiores del alma (…) La humildad, la magnanimidad y la fidelidad a la propia vocación, cada uno según su estado, son las virtudes propias del cristiano. La necesidad de ponerlas en práctica, sin dar lugar a la soberbia, a la vanidad, a la vanagloria, el tratar al prójimo con afabilidad y tolerancia, son virtudes que configuran la perfección cristiana.
IV LA VÍA DE LA CRUZ
Jesús ha llevado su cruz. El cristiano también debe, según el mandato del mismo Señor, cargar su cruz y seguirle. Al tomar la cruz entre sus manos, sus pies se ponen en el camino de la salvación. Cruz son las obligaciones de la vida, obligaciones de estado, de trabajo, de condición…
V LA MUERTE DE JESÚS
En la cima del calvario místico de las almas, tenemos la unión transformativa del hombre por el amor de Dios; amor de caridad que ha purificado los apetitos mundanos, que ha elevado las potencias y facultades humanas, que la han conformado a Jesucristo, y que lleva al hombre, todo entero, a la muerte mística y a la resurrección.
MISTERIOS GLORIOSOS
I LA RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR
¡Ya tenemos en nosotros la gloria del Resucitado! La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y la victoria nos es dada por Jesucristo.
II LA ASCENSIÓN DE JESÚS AL CIELO
La Ascensión nos certifica la voluntad de Jesús de ir al cielo y prepararnos un lugar (…); es el misterio de la esperanza cristiana. La esperanza de ganar el cielo, de ocupar un lugar en la casa del Padre.
III LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
Los místicos y los teólogos han llamado a la caridad: fuego, torrente impetuoso que todo debe arrastrar su su paso, que todo debe consumir. Es el amor de Dios Salvador. Fuego que transforma la vida humana en oblación, adoración a la Santísima Trinidad.
IV LA ASUNCIÓN DE MARÍA AL CIELO
Si contemplamos el lazo íntimo que une a Jesús y a María, y la participación de la Madre en los dolores del Hijo, ¿cómo éste no la iba a unir consigo en la Gloria del cielo?
V LA CORONACIÓN DE MARÍA COMO REINA DE TODO LO CREADO
En todos los pueblos tenemos santuarios en honor de María: Luján; el Milagro de Córdoba; el Valle de Catamarca; Itatí en Corrientes; Sumampa de Santiago; el Rosario patrona de Cuyo. En las repúblicas hermanas: la Virgen de Andacollo en Chile, que se venera también en San Juan; Caacupé en Paraguay; Chiquinquirá en Colombia. En Brasil, en Bolivia, en Perú, en todos los países de América Latina tenemos santuarios y pueblos consagrados a la Virgen. Es a Ella a quien debemos recurrir. Es Reina y Madre.
CONCLUSION
diciembre de 2007
REFLEXIÓN
Rosario significa “rosal”por Fr. Alberto García Vieyra, op.
La Iglesia, en su liturgia, ha consagrado el simbolismo de las rosas aplicado a nuestra Señora. Su título del Rosario nos recuerda la antigua significación de las flores.
Nadie como María es ese rosal plantado desde el principio junto a las aguas de Dios. Es el rosal que fructifica. El que tiene fecundidad. La fuente de todo bien entre los hombres. Es la Rosa que la virtud del Altísimo protegió con su sombra, y el fruto es Santo: el Hijo de Dios.
En el rosal hay rosas y espinas, como las hay en María. La flor surgió de la raíz de Jesé, y sobre ese renuevo desciende el Espíritu Santo. Las espinas las sufre en la Pasión de su Hijo, al contemplarlo en la cruz entregado por la salvación del mundo.
La Madre de Dios quiere de nosotros las rosas de nuestros sacrificios. La flor que nace en las espinas. El mérito que brota del dolor. Ella quiere recoger las flores que sus hijos hacen brotar en la tierra de sus almas, para ofrecerlas ante el trono del Padre. Quiere mostrar cómo los suyos participan de la cruz y acompañan a su Hijo en la redención del mundo.
GUIÓN DEL REZO DEL ROSARIO
Meditando el Rosario con Fr. Alberto García Vieyra, op.Las meditaciones fueron recopiladas de sus libros:
”El Rosario y sus Misterios” y “La Devoción a La Santísima Virgen”
Oración inicial
Oración al Espíritu Santo
Sopla sobre mí, Espíritu Santo,
para que todos mis pensamientos sean santos.
Actúa en mi, Espíritu Santo,
para que también mi trabajo sea santo.
Induce mi corazón, Espíritu Santo,
para que ame solamente aquello que es santo.
Fortaléceme, Espíritu Santo,
para defender todo lo que es santo.
Guárdame, Espíritu Santo,
para que yo siempre sea santo.
Amén.
MISTERIOS GOZOSOS
I. LA ANUNCIACIÓN DEL ANGEL A MARÍA
Los misterios gozosos reflejan el amanecer de la Redención. El amanecer despunta en la madrugada con el primer resplandor que anuncia la luz. La Anunciación del Ángel fue aquel instante inicial de la luz que vino al mundo para iluminar a los hombres caídos en el pecado; el Ángel viene del cielo para traer a María la fe en el Hijo encarnado, enseñarle su misión de Nueva Eva, y moverla al consentimiento para la salvación del género humano.
II LA VISITA DE MARÍA SANTÍSIMA A SU PRIMA SANTA ISABEL
En el misterio de la Visitación de María a su pariente Isabel, vemos el primer acto de redención liberativa del pecado; es la primera vez que el Vero Encarnado expulsa al pecado en su presencia; es la primera vez también, que la Madre de Dios ejerce su función corredentora y de Madre espiritual de los hombres.
III EL NACIMIENTO DE JESÚS EN BELÉN
En la noche de Navidad, llega el Mediador entre Dios y los hombres. La profecía alcanza su plenitud y acabamiento. Dios-hecho-hombre se constituye en el Reconciliador entre el cielo y la tierra.
IV LA PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO
Podemos decir con propiedad que de dos maneras vino el Señor Dios a su templo, y de una tercera viene actualmente a lo que es también su templo. La primera de estas venidas es sin duda la Encarnación….Otra manera de venir a su templo es cuando es presentado de manera oficial, como Salvador del mundo, en el Templo de Jerusalén….La tercera venida ocurre cuando la gracia santificante inunda las almas de los justos.
V JESÚS PERDIDO Y ENCONTRADO EN EL TEMPLO
En la vida interior debemos saber preguntar y aquilatar despaciosamente las cosas. No precipitarnos en los juicios. Escuchar a los mayores y, sobre todo, obedecer al Señor que nos invita por igual a una evolución en edad y en gracia, hasta llegar a lo que la Escritura llama “la estatura del varón perfecto”.
MISTERIOS LUMINOSOS
I EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN.
El bautizado es un hombre entregado a servir a Dios. Es un hombre- como lo expresa la liturgia bautismal-para vivir en Dios. Dios, que aceptó la oblación de Jesús, acepta también la oblación del bautizado, en quien ve un miembro vivo de su Hijo.
II LA AUTORREVELACIÓN DE JESÚS EN LAS BODAS DE CANÁ.
Como los beneficiarios de la conversión del agua en vino de las bodas de Caná, nosotros también nos beneficiamos de la intervención de la Santísima Virgen (…).La piedad cristiana reconoce a María por intercesora. Interceder no es solamente pedir por otro; es también disponer a otro para determinadas influencias. Ambas formas de intercesión son familiares a la Madre de Dios.
III EL ANUNCIO DEL REINO INVITANDO A LA CONVERSIÓN.
Los judíos esperaban la restauración del trono de David por el Mesías (…). La misión de Jesús es establecer el Reino de Dios en la humanidad caída y víctima del demonio. El nuevo Reino davídico era pues un reino espiritual; las conquistas del reino de Dios, conquistas espirituales: hombres arrebatados al imperio del diablo.
IV LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS
El Mesías es la gloria para todos los elegidos. La gloria sigue a la salvación y es su culminación. La salvación termina en la gloria de Dios. La gloria es exaltación, alabanza, felicidad plena y perfecta…
V LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA.
La Nueva Alianza será la sellada con la sangre de la Víctima Divina muerta en la cruz, y participada en el misterio eucarístico. La Nueva Alianza entraña la presencia eucarística, sacramental de Dios en medio de los suyos.
MISTERIOS DOLOROSOS
I LA ORACIÓN EN EL HUERTO DE GETSEMANÍ
En el Huerto de los Olivos, el Señor es el modelo del alma cristiana en su intento de alcanzar la perfección de la caridad (…) El discípulo no es más que su maestro. Por esta noche de Getsemaní deben pasar y han pasado multitud de hombres y mujeres valerosos, que han hecho del seguimiento de Jesús el programa de su vida. Por allí pasaron Santo Domingo de Guzmán, San Martín de Porres, los Padres Apostólicos, San Atanasio, San Pacomio, San Benito y todos los santos confesores, vírgenes y viudas. Aquí se inicia el proceso de la purificación del alma…
II LA FLAGELACIÓN
Como Cristo suscitó el odio de los judíos, así la Iglesia Católica suscita muchas veces el odio y la blasfemia de la herejía. (…) En la flagelación del Señor, contemplamos cómo quiso sufrir castigo tan cruel para remisión de nuestros pecados.
III LA CORONACIÓN DE ESPINAS
La coronación de espinas nos conduce a pensar en las virtudes interiores del alma (…) La humildad, la magnanimidad y la fidelidad a la propia vocación, cada uno según su estado, son las virtudes propias del cristiano. La necesidad de ponerlas en práctica, sin dar lugar a la soberbia, a la vanidad, a la vanagloria, el tratar al prójimo con afabilidad y tolerancia, son virtudes que configuran la perfección cristiana.
IV LA VÍA DE LA CRUZ
Jesús ha llevado su cruz. El cristiano también debe, según el mandato del mismo Señor, cargar su cruz y seguirle. Al tomar la cruz entre sus manos, sus pies se ponen en el camino de la salvación. Cruz son las obligaciones de la vida, obligaciones de estado, de trabajo, de condición…
V LA MUERTE DE JESÚS
En la cima del calvario místico de las almas, tenemos la unión transformativa del hombre por el amor de Dios; amor de caridad que ha purificado los apetitos mundanos, que ha elevado las potencias y facultades humanas, que la han conformado a Jesucristo, y que lleva al hombre, todo entero, a la muerte mística y a la resurrección.
MISTERIOS GLORIOSOS
I LA RESURRECCIÓN DE NUESTRO SEÑOR
¡Ya tenemos en nosotros la gloria del Resucitado! La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado, y la victoria nos es dada por Jesucristo.
II LA ASCENSIÓN DE JESÚS AL CIELO
La Ascensión nos certifica la voluntad de Jesús de ir al cielo y prepararnos un lugar (…); es el misterio de la esperanza cristiana. La esperanza de ganar el cielo, de ocupar un lugar en la casa del Padre.
III LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
Los místicos y los teólogos han llamado a la caridad: fuego, torrente impetuoso que todo debe arrastrar su su paso, que todo debe consumir. Es el amor de Dios Salvador. Fuego que transforma la vida humana en oblación, adoración a la Santísima Trinidad.
IV LA ASUNCIÓN DE MARÍA AL CIELO
Si contemplamos el lazo íntimo que une a Jesús y a María, y la participación de la Madre en los dolores del Hijo, ¿cómo éste no la iba a unir consigo en la Gloria del cielo?
V LA CORONACIÓN DE MARÍA COMO REINA DE TODO LO CREADO
En todos los pueblos tenemos santuarios en honor de María: Luján; el Milagro de Córdoba; el Valle de Catamarca; Itatí en Corrientes; Sumampa de Santiago; el Rosario patrona de Cuyo. En las repúblicas hermanas: la Virgen de Andacollo en Chile, que se venera también en San Juan; Caacupé en Paraguay; Chiquinquirá en Colombia. En Brasil, en Bolivia, en Perú, en todos los países de América Latina tenemos santuarios y pueblos consagrados a la Virgen. Es a Ella a quien debemos recurrir. Es Reina y Madre.
CONCLUSION
Oración final
¡Oh, Señora nuestra!
Estamos felices de encontrarnos en tu presencia,
de ponernos bajo tu mirada,
porque eres nuestra amada Madre,
tan hermosa en tu pureza y tan cariñosa en tu afecto.
Te contemplamos
para que tu santidad ilumine nuestra vida
y modele profundamente nuestra alma.
Ayúdanos a ofrecernos totalmente a Dios, como lo hiciste Tú.
Dirige nuestros pensamientos hacia el Señor
y orienta nuestro corazón hacia Él,
de modo que nuestro empeño principal,
único de nuestra existencia
consista en amarlo,
y que en todo nuestro obrar le agrademos al cumplir siempre su voluntad.
Encarna en nosotros
esta actitud fundamental de adoración y de amor
uniéndonos con todas las fibras de nuestro ser,
a la persona de tu Hijo, NS Jesucristo.
Amén
¡Oh, Señora nuestra!
Estamos felices de encontrarnos en tu presencia,
de ponernos bajo tu mirada,
porque eres nuestra amada Madre,
tan hermosa en tu pureza y tan cariñosa en tu afecto.
Te contemplamos
para que tu santidad ilumine nuestra vida
y modele profundamente nuestra alma.
Ayúdanos a ofrecernos totalmente a Dios, como lo hiciste Tú.
Dirige nuestros pensamientos hacia el Señor
y orienta nuestro corazón hacia Él,
de modo que nuestro empeño principal,
único de nuestra existencia
consista en amarlo,
y que en todo nuestro obrar le agrademos al cumplir siempre su voluntad.
Encarna en nosotros
esta actitud fundamental de adoración y de amor
uniéndonos con todas las fibras de nuestro ser,
a la persona de tu Hijo, NS Jesucristo.
Amén
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