N° 49- Fiesta de la Inmaculada Concepción

 8 de diciembre  de 2017


FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN


Francisco de Zurbarán: Inmaculada Concepción
Museo del Prado


MISTERIOS DE GOZO
(Textos extraídos de escritos de San Juan Pablo II)


I    La Anunciación del Ángel a María
María, la Llena de Gracia, al proclamarse esclava del Señor desea comprometerse a realizar de modo perfecto el servicio que Dios espera de todo su pueblo. El acto de fe de María nos recuerda la fe de Abraham, que al comienzo de la antigua alianza creyó en Dios, y se convirtió así en padre de una descendencia numerosa. Al comienzo de la nueva alianza, también María, con su fe, ejerce un influjo decisivo en la realización del misterio de la Encarnación, inicio y síntesis de toda la misión redentora de Jesús.

Oh Dios mío, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen preparaste digna habitación a tu Hijo, te rogamos que, así como por la previsión de la muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha, así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar a Tú limpios de pecado. Amén.



II    La Visita de María Santísima a su prima Santa Isabel
A María, primera redimida por Cristo, que tuvo el privilegio de no quedar sometida ni siquiera por un instante al poder del mal y del pecado, miran los cristianos como al modelo perfecto y a la imagen de la santidad que están llamados a alcanzar.

Oh Redentor nuestro: te rogamos humildemente que, por intercesión de María Inmaculada que fue libre de todo pecado, nos concedas la gracia de  dominar nuestras pasiones y destruir nuestras malas inclinaciones.




III    El nacimiento de Jesús en Belén
El cántico de los ángeles: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace», revela a los pastores lo que María había expresado en su Magníficat: el nacimiento de Jesús es el signo del amor misericordioso de Dios, que se manifiesta especialmente hacia los humildes y los pobres.

Madre de Dios, Virgen Inmaculada: enséñanos cómo ser fieles a la Gracia que, como redimidos, hemos recibido en el Bautismo, y cómo responder al plan de Dios sobre cada uno de nosotros.



IV    La Presentación de Jesús en el Templo
Las palabras proféticas de Simeón y de Ana anuncian no sólo la venida del Salvador al mundo, su presencia en medio de Israel, sino también su sacrificio redentor. Aquel día en que José y María ofrecieron a Jesús en el Templo, se vivió un anticipo de lo que ocurriría luego: el Cordero de Dios iba a ser verdaderamente ofrecido en sacrificio para la Salvación de toda la humanidad. En el ofrecimiento de Cristo en el templo también estaba incluido el ofrecimiento de María, la confirmación de su incondicional dado en la Anunciación. Se puede pues afirmar que María, ofreciendo al Hijo, se ofrece también a sí misma.

Señora y Madre nuestra, nos consagramos a Tí. Guárdanos al calor de tu corazón para que sepamos responder a las exigencias sobrenaturales de nuestra fe para ser ante el mundo expresión luminosa del misterio de Cristo.



V    Jesús perdido y hallado en el Templo
A través de este episodio, Jesús prepara a su Madre para el misterio de la Redención. María, al igual que José, vive en esos tres dramáticos días en que su Hijo se separa de ellos para permanecer en el templo, la anticipación del triduo de su pasión, muerte y resurrección. En el templo de Jerusalén, en este preludio de su misión salvífica, Jesús asocia a su Madre a sí: ya no será solamente la madre que lo engendró, sino la Mujer que, con su obediencia al plan del Padre, colaborará en el misterio de la Redención. De este modo, María, conservando en su corazón un evento tan rico de significado, llega a una nueva dimensión de su cooperación en la salvación.


Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor nuestro: así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor sincero de Ti, y que antes queramos perder todas las cosas que ofenderte con un solo pecado.

No hay comentarios: