Cuaresma
es un tiempo de especial gracia, es tiempo favorable para convertirnos.
Recordemos al Pueblo de Israel caminando durante cuarenta años por el desierto
para poder ingresar a la tierra prometida. Así también nosotros como Iglesia,
Nuevo Pueblo de Dios, nos preparamos para vivir la Pascua con un corazón
convertido. Meditemos en algunos medios que la Iglesia nos propone para prepararnos adecuadamente a la celebración de
los misterios centrales de nuestra fe.
I
LA
RESURRECCIÓN DE N.S.J.
La iniciativa siempre es de Dios. Uno de los medios que nos propone la Iglesia para
este tiempo litúrgico de la Cuaresma, manifiesta claramente que Dios mismo sale
a nuestro encuentro y nos invita a prepararnos nutriéndonos de su propia
Palabra. La escucha atenta y reverente de la Palabra de Dios nos lleva a una
oración más intensa.
Por la meditación del primer misterio glorioso,
pidamos la gracia de no sucumbir y de salir fortalecidos ante las tentaciones
del demonio.
II LA ASCENSIÓN DE JESÚS AL CIELO
Cooperar
con la gracia de Dios. Otro de
los medios que se nos propone durante la Cuaresma es acudir a los sacramentos
de la Reconciliación y de la Eucaristía. Es necesario acudir a la misericordia
del Señor. Para convertirnos debemos dejar todo pecado. Pero solos no podemos.
Confiemos en el perdón que nos ofrece el Señor. No hay pecado que Él no pueda
perdonar aun corazón contrito.
Por la meditación del segundo misterio glorioso
pidamos la gracia de acudir con frecuencia a los sacramentos de la
Reconciliación y la Eucaristía.
III LA VENIDA DEL
ESPÍRITU SANTO
El ayuno
y la abstinencia. Estos
dos medios nos ayudan a ir preparando
mejor nuestro corazón. Debemos tomar conciencia de esta bendición que nos da el
Señor, y muchos no se percatan de su
importancia. ¡Cuántos de nosotros sabemos del ayuno y abstinencia de todos los
viernes de Cuaresma, como preparación! ¿Y cuántos de nosotros realmente lo
vivimos?
Por la meditación del tercer misterio glorioso
pidamos la gracia de que la mortificación y la renuncia en las circunstancias
ordinarias de nuestra vida, sean ocasión para purificar nuestros corazones.
IV LA ASUNCIÓN DE
MARÍA AL CIELO
Llamado a
la conversión. El
Señor nos invita a convertirnos a Él. Debemos llegar hasta el fondo de nosotros
mismos, pues se trata de que muera el Hombre Viejo para resucitar a una Vida Nueva
en el Señor. Confiemos en la misericordia de Dios. Escuchemos lo que Él mismo
nos dice en la Escritura: “…os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un
espíritu nuevo”
Por la meditación del cuarto misterio glorioso, te pedimos
Señor que quites de nuestra carne el corazón de piedra y nos des un corazón
semejante al tuyo.
V
LA CORONACIÓN DE MARÍA COMO REINA
DE TODO LO CREADO
En
compañía de María. Todo
este camino que hemos emprendido, lo hacemos en la compañía tierna y amorosa de
nuestra Santa Madre. Ella es guía segura en nuestro peregrinar hacia la plena
configuración con su Hijo, el Señor Jesús. Es Ella quien, con su intercesión,
nos ayuda a cambiar nuestro corazón de piedra en un corazón de carne.
Por la meditación del quinto misterio glorioso
pidamos la gracia de acogernos a la intercesión de la Santísima Virgen y de
confiarle nuestros esfuerzos para vivir fructuosamente este tiempo de
conversión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario