N° 51-Con los Padres de la Iglesia


abril  2018 

Meditando los Misterios Gloriosos con los Padres de la Iglesia



Fray Juan Bautista Maíno (1581-1649): "Pentecostés" (detalle)


I    LA RESURRECCIÓN DE N.S.J.
La Resurrección de Cristo es vida para los muertos, perdón para los pecadores, gloria para los santos. Por eso el salmista invita a toda la creación a  celebrar la resurrección de Cristo al decir que hay que alegrarse y regocijarse en este día que hizo el Señor. La luz de Cristo es un día sin noche, un día que no tiene fin. Todos debemos alegrarnos en este día santo. (San Máximo de Turín)

Oremos, por intercesión de María, para que podamos recorrer con la gracia de Dios el camino que conduce a la plenitud de la vida en el hogar del cielo.


II    LA ASCENSIÓN DE JESÚS AL CIELO
Aunque nuestro espíritu fluctúe perturbado por muchas cosas, clavemos el ancla de nuestra esperanza en la patria eterna, afiancemos la intención de la mente en la luz verdadera. (San Gregorio Magno)

Oremos, por intercesión de María, para que todos seamos testigos del Evangelio de la vida.


III   LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO
El Espíritu Santo, en medio de un ruido súbito, descendió sobre los discípulos y cambió sus corazones de carne en amor hacia él. Y las lenguas de fuego que aparecieron exteriormente, encendieron interiormente sus corazones. ¡Qué gran dignidad sea ésta: poseer a Dios que ha venido a hospedarse en el corazón! (San Gregorio Magno).

Oremos, por intercesión de María, para que el Espíritu Santo ilumine e impulse a los gobernantes a defender la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural.


IV   LA ASUNCIÓN DE MARÍA AL CIELO
Era necesario que la que había albergado al Verbo divino en su seno, fuese a habitar en los tabernáculos de su Hijo. Y así como dijo el Señor que debía estar en la morada de su propio Padre, era necesario que su Madre morase en el palacio de su Hijo, en la mansión del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. (San Juan Damasceno)

Oremos, por intercesión de María Inmaculada, para que los esposos vivan la pureza de su amor conyugal, y éste sea fuente de vida.



V  LA CORONACIÓN DE MARÍA COMO REINA DE TODO LO CREADO
Era necesario que la Madre de Dios entrara en posesión de los bienes de su Hijo y fuera honrada como Madre y Servidora de Dios por toda la creación. La herencia pasa siempre de padres a hijos; sin embargo aquí las corrientes del río sagrado remontan hacia su fuente. Pues el Hijo ha sometido a su Madre la creación entera. (San Juan Damasceno)

Oremos, por intercesión de María, Reina de la familia, para que proteja a las familias que están sufriendo cualquier tipo de necesidad.


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